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Un ratito hasta las cinco

La historia más difícil que escribí hasta hoy. No soy de procrastinar, cuando la tarea lleva un tiempo en la lista de pendientes, encuentro el momento para concretarla. Pero esta vez es diferente.

Un amigo se hizo un implante capilar. Esas cosas que se ocultan hasta que un día aparece con una melena mágica difícil de ocultar.

Hablando sobre ello con Agus me comenta que viene para Argentina, pero que no diga nada.

¿Quién es Agus?

Nacido el 13 de Febrero de 1988. Se crió en el fondo de Turdera y es línea fundadora de “Los pibes de la Plaza” (así nos solemos llamar). Contamos con escalafones en base a los años de pertenencia y la fecha de ingreso: Línea fundadora, primera, segunda y tercera línea.

Una boludez que utilizamos a menudo para tener autoridad, tomar decisiones y denigrar al resto. 

Comenzamos siendo cuatro o cinco. El colegio y el barrio fueron sumando nuevos integrantes y en poco tiempo fuimos un lindo número en donde juntarse en una casa no era conveniente para el dueño, es así como adoptamos una de las esquinas de La Plaza de Turdera (Zapiola y padre Bruno) como nuestro punto de encuentro.

Con Agus compartimos mucho tiempo y andanzas. Recuerdo sus bicicletas; la cromada, la playera amarilla y la primavera celeste, en la que por ir meta charla chocamos un auto estacionado, nos miramos, asustamos, reímos, y escapamos bajo las puteadas del dueño y el sonido de la alarma.

Fuí muchas veces cómplice al ratearse de Inglés. Cosa que lamentaremos en el futuro. 

Un verano me agarró mononucleosis (enfermedad que por recomendación debes hacer reposo casi absoluto) y por la ventana de casa me contaron que se estaban colando en el cine de Boulevard. Lo primero que hicimos al recuperarme fue ver gratis Pollitos en Fuga unas cinco veces. 

HIstorias de chicos tengo miles, y de adolescentes seguimos caminando a la par.

Mi viejo me presta el auto con 18 recién cumplidos. Fuimos directo a cambiarle el estereo y ponerle parlantes al Sierra Guia 2.4 nafta que se iba de cola en todas las esquinas. El tiene la suerte de recibir de su abuelo un Volkswagen Gol gris cero km. Fuimos los primeros de los pibes en poder manejar.

A los 24 me mudo con mi amigo Nico a la Capital Federal. El se mudó solo a la casa de su abuelo. Los pibes cambiaron de sede. 

Lo habitual era estar en la plaza todo el día. Siempre había que pasar un rato. Los fines de semana se tomaba asistencia. De vez en cuando me agarra esa cosa / necesidad / ansiedad de querer estar con los pibes y que no me importe más nada. En ese momento era lo corriente. 

Ahora teníamos una casa en donde juntarnos. Había heladera (siempre vacía) porro (sin falta) y playstation para pasar las tardes. Una de las épocas doradas aconteció aquí. 

Las puertas siempre estuvieron abiertas, solo había que esperar a que se levantara o ser el valiente en despertarlo. 

Hubo tres hechos desafortunados que a mi entender fueron determinantes para que cambie su estilo de vida.

1ero.: Tiempo y espacio incorrectos.

Una noche de verano mis amigos se cruzan con un ENFERMO armado que se baja de un auto en la plaza de Turdera y comienza a disparar sin sentido. Uno de ellos hiere a un amigo y es Agus quien le tapa la herida con sus manos para detener el sangrado. Por suerte la pudieron contar. 

Costó mucho volver a la calle. Siempre que lo pasaba a buscar tenía miedo de salir. Estaba perseguido, pero lo superó.

2da.: La china. 

Una perra hermosa. Enorme. Se enamoró y la llegó a querer muchísimo. Un día le diagnosticaron cáncer de piel y la cosa nunca mejoró hasta que se tuvo que marchar.

Y por último. El robo:

Con nuestro amigo el Wachin pidieron pizza y junto al delivery se metieron con gran violencia a punta de pistola en su casa quebrantando su privacidad. 

Estos acontecimientos lo llevaron a tomar una fuerte decisión. Marchar al viejo continente resignando afecto en busca de tranquilidad. 

No lo pudimos entender. Nunca quisimos. Poco a poco nos fue cayendo la ficha, y siempre vamos a estar del lado de lo que a él le haga bien. 

Tuvimos la posibilidad de visitarlo en 2018 junto a Willo, Dare, Kasco y Gabi previo al mundial de Rusia. En una charla le comento sobre mi reciente separación y mis visitas al barrio recibiendo afecto. Siempre buscando un lugar en donde parar, donde quedarme a dormir para poder estar todo el fin de semana con los pibes. Me miró, se fue y volvió con un manojo de llaves. Quedate en casa todo lo que quieras. Solo hay una cama y una heladera (vacía, como siempre).

Este gesto fue un montón. Se me llenaron los ojos de lágrimas. Yo estaba pasando por un mal momento en el que necesitaba estar cerca  de los míos. La vio y supo cómo ayudarme. Estoy eternamente agradecido.

Esporádicamente viene de visita, y el grupo toma otro color. Nos vuelve el alma al cuerpo. Juntadas en la semana son moneda corriente en la que todo pasa a un segundo plano. Las tardes son largas y las noches eternas. Volvemos a la adolescencia donde lo único importante es estar con los pibes. 

Siempre lo supimos, siempre lo fue. Nunca lo pidió. Su rol de líder fue natural. Y se fue fortaleciendo con el correr de los años. Quedaba bien marcado en sus partidas. El grupo quedaba acéfalo. Solo nos motivaba su próxima visita, donde todo vuelve a esa hermosa normalidad.

En sus retornos acontecieron viajes de todos los estilos. Años nuevos en la Villa Gesell, Rosario o Mar del Plata. Fiestas de cachengue, punchi o lo que pinte. Carnavales en Gualeguaychú. Escapadas al sur y otros destinos. Todo era excusa y buen plan con Agus.

Pero está nueva visita es diferente. Es raro que no la anticipe.

Al día siguiente a su arribo nos juntamos en la casa de sus padres junto a nuestro amigo Juli Capasso. Cuenta que tiene una bola en el hombre que fue creciendo rápidamente en estos últimos tiempos. No se sabe mucho sobre el tema, debe hacerse estudios, y por la contención familiar prefiere hacerlo aquí en Argentina. 

Lo veo asustado. Nos agarra con la guardia baja, pero firmes para la batalla.

Los estudios dicen que hay que operar. La fecha es el 25 de Mayo de 2023 pero se suspende por motivos ajenos, y se posterga para el 27.

La vigilia comienza por la tarde en un Hospital de capital. Tuve la suerte de escabullirme y poder entrar con la familia. Me convertí en el enviado especial de los pibes transmitiendo el minuto a minuto.

La operación dura más de lo pensado pero el doctor comunica que todo está bien.

Lo veo llegar en camilla completamente anestesiado. Habla primero con los padres y luego le aparezco por sorpresa desde atrás. Cuesta enfocarme y me dice:

  • Juleeeeeeeee! Toy en Júpiter amigo. 
  • Disfrutalo. Es lo que nos gusta.

El postoperatorio transcurre con tranquilidad. Sin romper nada. Poco a poco pudimos volver a las pistas. Comenzamos con juntadas hogareñas, luego bares y finalmente boliches. Coronando con Damas Gratis en el Luna Park. ¡Todo sigue igual, todo sigue igual de bien!

Para darle un cierre final metemos un par de giras costeras y lo despedimos una vez más. Dice que tiene que cerrar unos pendientes en Barcelona antes de volver. La tranquilidad de caminar por la calle no es tan valioso como el estar acompañado por la familia y amigos. 

Los resultados de la biopsia determinan que lo extraído era maligno y el haber removido una gran parte fue buena decisión. 

Llegó Enero 2023, las cosas parecían ir bien hasta que llegaron nuevos resultados. Los términos médicos no son mi fuerte, entiendo poco y me pierdo. La info tampoco era muy clara. El tema es que el cáncer hizo metástasis y se fue hasta los huesos. Quedamos todos mudos. 

¿Metástasis? ¿Cáncer en los huesos? ¿Qué es todo esto?

Googlear nunca es buena opción. Intento encontrar respuestas con conocidos o algún otro médico que me cruzo y todos me miran con lástima, nadie plantea un buen panorama. 


Cada uno de los pibes rescata información de donde puede. Nos juntamos y no podemos creer lo que estamos hablando. La palabra quimioterapia empieza a circular.

El fantasma del cáncer de colon de mi viejo se hace presente. Fue muy difícil transitar la enfermedad y su muerte ocurre cuando tengo 19 años. Siempre me costó hablar sobre ello y “superarlo”.

Para la operación volvió a Argentina. ¿Y para el tratamiento? Queremos saber pero todo es complicado.

Agus y familia determinan llevarlo adelante en España ya que al ser ciudadano europeo puede acceder a su sistema de salud el cual es muy bueno.

Luego de varios estudios llegan a la conclusión que se trata de un cáncer extraño. Van a comenzar con una serie de acciones evaluando resultados. No recuerdo cuales fueron los primeros pasos, pero ahora decidieron utilizar la quimioterapia. Estamos en Febrero 2023.

El apoyo moral es nuestra parte. Estábamos presentes en mensajes individuales y fomentando la charla en los grupos de WhatsApp. Pero no era suficiente.

Un día Juli Capasso tira a la cancha que hay que viajar. Yo venía haciendo oído sordo a la situación. Estaba en tema pero me era muy fuerte. Mi viejo atravesó la enfermedad y fue muy heavy para toda la familia. 

Con motivo de la despedida de “La culebra” que se muda a 1200 km, nos reunimos en la casa del Bocha. El ambiente es raro, el tema Agus está muy presente. Cada uno cuenta como lo siente y nos sentimos perdidos a nivel grupo.

¿Es conveniente viajar? ¿Quién puede?

El Tano se presenta como opción ya que tiene a su esposa trabajando en Aerolíneas Argentinas y consigue buenos precios aéreos. El Kasco resigna todo contar de viajar. Se pone la camiseta liderando al al equipo y me presenta a mí como tercera opción. Lo freno. Me quiebro. No estoy seguro. Si voy quiero que sea para sumar, no puedo ser un trapo mojado.

Archu levanta la mano con intenciones de ser parte de la comitiva. De manera grupal surge la idea de realizar una vaquita solidaria.

Somos 19 sentados en círculo bajo un cielo apagado. Las miradas se cruzan y se pierden. 

Pasan unos días y el tema no para de dar vueltas en mi cabeza. Me junto con Juli por temas laborales en la casa de sus padres, mientras hablamos mil cosas en su vieja habitación se presenta el tema y me dice:

  • “Debemos tomar decisiones de las cuales no podemos arrepentirnos en el futuro.”

Me mató. Me cayeron todas las fichas juntas. Estoy en un gran proyecto que es la construcción de mi casa. Tengo la cabeza explotada tanto como las tarjetas de crédito.

  • “Que el dinero no sea un impedimento.” Fue su respuesta.

Esa charla marcó un antes y un después. Debo hacerme cargo de lo que está ocurriendo. La casa puede esperar y mi amigo me necesita ahora. Tengo los recursos, puedo ordenar mi trabajo y nadie depende de mí. Estoy convencido. Voy a viajar.

Hasta el momento los confirmados somos dos, Juli Capasso y Juli Civau. El Tano es una nube (tormenta) de incertidumbre. Archu está juntando el dinero. El grupo quiere que viaje “El Wachin” quien es nuestra apuesta fuerte por la conexión que tienen. Son altos amigos. Sabemos que lo va a levantar.

Fines de Febrero viajo a Bariloche con mi ahijada como regalo de sus 15. Vamos de visita a lo de Maxi (“El Wachin”) en San Martín de los Andes. Frente al lago y entre lágrimas nos convencemos en hacer todo lo posible para estar con él.

La familia se viene turnando entre Cristina (madre) y Mariela (hermana) para visitarlo. Le acercamos nuestra propuesta de cubrir el mes de Abril. Estamos a disposición para acompañarlo cuando crean conveniente.

Cristina es una fiera, todo lo que representa una madre. Ernesto está superado por la situación. Le cuestan las palabras.

  • “Esto no es joda. Es serio. No lo van a ver como siempre.” Nos dice.
  • “Vamos a hacer lo único que sabemos hacer bien. Hablar boludeces y acompañarlo. Mientras más info nos puedan brindar mejor preparados vamos a estar. Queremos ir.” Fue nuestra respuesta. 

Confirmamos las fechas y sacamos los pasajes. Pensamos en caerle de sorpresa, pero decidimos contarle por videollamada para tener más motivos de charla. El Tano, Archu y Wachin también viajan pero aún no tienen fechas definidas. 

Junto a Juli Capasso salimos por la boca del subte de la estación del Clot el 2 de abril a las 3 de la mañana. Nos abre la puerta un Agus pálido, muy tranquilo que mide cada movimiento. Nos sentamos en el living y dejamos que exploten los sentimientos.

  • Yo me quiero curar. Voy a hacer todo lo que me digan. Fueron sus palabras

El comparte piso (departamento) con unos chicos de Mar del Plata que conoció años atrás. Maxi, Juan y Julian. Los primeros dos son hermanos. Desconozco cómo llegaron a su vida pero estoy muy agradecido de que sus caminos se hayan cruzado.

Estos pibes fueron un aporte esencial. Se portaron de mil. Bancando y ayudando en todas. Eternamente agradecido. 

Al siguiente día fuimos caminando al supermercado que se encuentra a 200 metros. En el camino debimos frenar por su cansancio. Nos miramos con Kasco y descartamos el 90% de las actividades que pensábamos realizar.

El tema de charla del momento es que Boca no tiene técnico. La casa respira fútbol y desde el sillón se controla la televisión que salta de partido en partido monopolizando los temas de charla.

Para que salga de la casa nos ponemos de acuerdo y operamos sanamente para ir a una plaza cercana que visita con su familia. Nos sentamos en su banco cotidiano y nos cuenta de memoria cada movimiento de las personas y sus mascotas.

  • Estoy hecho un viejo.

Nos cuenta mientras nos cagamos de la risa buscando patrones entre los perros y sus dueños.

Al rato llega Facu Mesuti acompañado por “El pájaro”. Facu, es más chico que nosotros y parte de los pibes, nos conocemos desde la colonia de vacaciones en la pre-adolescencia, siempre extrovertido e inquieto, no tuvo problemas en declarar su amor a los cuatro vientos y firmar el concubinato que le abrió a Agus las puertas hacia un trabajo en blanco y al sistema de salud.

“El pájaro” se llama Nico, Argentino y muy piola, renta junto a su novia un piso cerca de la “Sagrada Familia” donde me brindarán alojamiento a cambio de chirolas. ¡Gracias chicos!

Poco a poco el parque se vuelve rutina. Lo motivamos a más con el objetivo de llegar a la playa.

El día transcurre así:

Por la mañana Kasco y Juli trabajan esperando el mensaje de Agus que se despierta pasado el mediodía. Nos ponemos de acuerdo sobre el almuerzo, Kasco realiza las compras y yo cocino.

Antes de que se nos escape la tarde (siesta no permitida por Agus) salimos a dar una vuelta, el destino varía dependiendo el tiempo disponible.

Camino de vuelta pensamos en la cena y realizamos las compras. Ya en casa Agus me brinda una mano mientras Kasco estorba y entretiene a los dueños de casa.

Pongo todo mi esmero, dedicación y amor en cada plato. La cocina viene siendo un tema de charla entre nosotros, lo veo entusiasmado y logro motivar haciéndolo partícipe en cada preparación.

Estamos a mediados de mayo y se acerca una fecha clave (18/05) en donde se darán a conocer los resultados del PET. Nunca me quedó claro que tipo de estudios se realizan pero son determinantes para conocer el avance del tratamiento. 

Esa misma semana llegan “Los gordos”. Tiemblan los marplatenses con el avance embestido de Archu y el Tano sobre una heladera repleta de embutidos españoles de primer nivel. Su llegada renovó las energías demostrando la capacidad de lograr caminatas mucho más duraderas. 

A está altura yo estoy parando en lo de “El pájaro”, Kasco en lo de una amiga, Archu en lo de una prima y El Tano duerme junto a Agus en un colchón inflable.

Nos cagamos de la risa porque es Agustin quien le prepara el desayuno a El Tano y lo termina atendiendo, motivo de un bullying constante.

Compartir su pieza me tocó en los primeros días, está intimidad generó charlas íntimas que en un futuro fueron disparadoras de decisiones.

El tratamiento que se venía realizando previo a los resultados era de 3 días de quimio de dos horas cada uno, para luego un descanso de 15 días. Cristina nos comentó que el primer día es el más fuerte donde duerme el resto de la jornada. 

Llega el día  y la cita es bien temprana. 07:30 am debe sacarse sangre, visitar al doctor a las 11:00 para luego hacer quimio y volver a casa. 

Estamos todos reunidos en una cafetería vegana frente al hospital cuando se presenta la hora de asistir al médico. El único pedido de Cristina fue que no lo dejemos entrar solo. Nos miramos entre todos sin querer imponernos entre nosotros. 

  • Acompáñame vos Juli. 

Yo estaba trabajando, hacía varios días que venía postergando el laburo. Cerré la compu y salimos. 

La primera vez que entré al hospital entendí el motivo por el cual decidieron llevar adelante el tratamiento en Barcelona. Ordenado, espaciado y por más que sea un hospital el ambiente transmite tranquilidad.

El seguimiento hacia el paciente es súper preciso enviando correos con resultados y avisos de concurrencia.

Llegamos a una sala de espera con pocas personas, nos sentamos en una esquina mirando una pantalla a la espera de ver su nombre. 

En mi vida tuve muchas situaciones de nervios, finales de la facultad, cambios de trabajo, encarar a una mina que me gusta, pero esto era completamente diferente. Estaba sentado junto a mi hermano quien estaba a punto de conocer cómo iba a continuar su vida.

Calmando los nervios hablamos sobre cualquier boludez haciendo caso omiso a la importancia del momento. 

AGUSTIN ALONSO CONSULTORIO 9

El médico oficial está operando, se presenta ante nosotros un colega.

  • ¿Cómo estás Agustín?
  • Usted me dirá doctor.

La conversación comienza consultando sobre síntomas y dolores que son respondidas con oraciones cortas en busca de la noticia que vinimos a escuchar. 

  • El tratamiento no está haciendo efecto. Queremos proponerte unas variantes para intentar lograr los resultados deseados.
  • Voy a hacer lo que usted diga doctor.

La junta médica propone una quimioterapia más fuerte junto al implante de un catéter en el brazo e inyecciones autoadministrables. El solo hecho de estar escuchando todo esto me es un montón.

Con la mirada fija perdida en el escritorio firma todo papel sin revisar una coma, donde desliga de toda responsabilidad al hospital y a los médicos, y si los resultados son buenos, se desprende de todo beneficio. Su mente está en otro plano. 

Intento retener lo mejor que puedo realizando preguntas escuetas intentando no intervenir en su privacidad. 

En un momento previo hablamos sobre que tanto desea conocer sobre su situación.

  • Yo no pregunto. Hago lo que me dicen. ¿Para qué voy a preguntar?

No sé si comparto. Pero desconozco mi postura si estaría en su lugar. 

Anticipandome a las dudas, grabé toda la conversación para compartirla con su su hermana que es doctora y realmente va a entender cada concepto. 

Salimos del consultorio totalmente callados, doblamos en el pasillo y a los cinco pasos nos abrazamos.

  • Todo depende de vos amigo. (Le digo)
  • Voy a hacer todo lo que me digan Ju.

Afuera nos esperan los pibes. Salgo yo primero pero es Agus quien transmite la noticia en medio de una ronda de lágrimas, abrazos y aliento. 

Es el Tano quien toma valor y transmite el mensaje a Argentina, quiero sumarme pero me quiebro al instante. 

En el hospital recibió las nuevas medicinas que deben conservarse en la heladera. Tómo una bicicleta y vuelvo volando al departamento donde me recibe uno de los chicos de Mar del Plata. Estoy destruido, no puedo hablar. En medio de su consuelo tómo fuerzas para comunicarle la noticia a sus padres. Es un momento de mierda, fuimos con la esperanza de recibir las buenas y estoy transmitiendo puro dolor. No puedo imaginar lo que están sintiendo ellos. 

Recibo un mensaje de los pibes:

  • Se siente cómodo con vos. Estaría bueno que los acompañes.

El nuevo tratamiento lo cambia todo. Son 5 días seguidos de tres horas cada sesión, mucho más fuerte que el anterior. El médico recomienda comenzar lo antes posible y Agus no duda en iniciarlo ya.

Tengo 15 minutos para volver al sitio de reunión, no hay chiste que levante a Agus con su mirada perdida en el suelo. Lo miro y le digo: Vamos. 

Tomamos un pasillo bien largo, no llego a visualizar el fin.

  • Cuando vengo los domingos está vacío y me hace acordar al Resident Evil cuando vas al hospital en busca de medicina. Me dice.

La puerta se abre sola de par en par. Es un salón muy grande con muchos equipos, gente de ambo yendo de aquí para allá. Nos reciben las enfermeras con una hermosa energía, atentas y agradables.

  • ¿Cama o sillón?
  • Sillón

Lo que se visualiza en escena es muy fuerte. Personas de todas las edades en distintas etapas del tratamiento enchufadas a las máquinas, algunos leen, otros ven una peli, pero lo que me llama la atención es que todos tienen una sonrisa en su rostro. 

Por dentro me prendía fuego, mi viejo se me presentaba por todos lados. 

Llegamos a su box, el sillón es con botones. Me mira y me dice riendo:

  • Cama arriba, cama abajo.

Comienzan a llegar los sachet de suero que son controlados por un código de barra asignados a cada paciente. Son 4 en total. Algunos arden más que otros. El sabe cual es cual y cuando llega el importante aprieta fuerte mi mano y dice:

  • ¡Vamos Ju!

Al rato se duerme, yo estoy en la misma pero debo tomar fuerzas para disparar mensajes a la familia y a los pibes para contar lo enfocado que se encuentra.

No recuerdo si volvimos en taxi o caminando. Fue un día muy diferente. 

El nuevo día comienza temprano con mucho trabajo, salgo de un par de llamadas y veo los mensajes:

  • ¿Venis Ju?

Son las 14.15. Debo salir volando.

  • No te preocupes, voy con Archu.

Los esperamos a la salida y volvemos caminando todos juntos. El resto de los días nos fuimos turnando. Siguió el Tano y por último Kasquito. 

Pasaron 4 días muy intensos en los que demostró que el objetivo estaba claro y va a hacer todo para conseguirlo.

Estamos en el departamento cuando sale del baño y nos dice:

  • ¿Ustedes son boludos? ¡Miren como tengo los pelos acá! Yo no me veo la nuca, ustedes me lo tienen que decir.

Llevamos una silla al baño frente al espejo. Agus se mira fijo mientras sostiene con el brazo derecho la toalla sobre sus hombros. Archu hace de peluquero mientras observo todo sentado desde el inodoro. La imagen es muy fuerte.

  • ¡Sabes el quilombo que vamos a hacer cuando termine todo esto!

Le salió de adentro. Le apreto el gemelo a Archu, nos miramos y entendimos todo. 

Finalizados estos días debería quedar exhausto, pero no es así. Las primeras salidas fueron hacia el conocido parque y poco a poco nos fuimos animando a más. Pasaban los días y su estado físico iba mejorando, se lo ve más activo que nunca. 

Motivado con la cocina le prepara la cena al Tano mientra lo vuelve loco con bullying de primaria. 

El día avanzó rápido y se nos hizo tarde para la caminata diaria

  • ¿Cómo estás?¿A dónde vamos?
  • Veamos hasta donde llego. Fue su respuesta.

Fuimos sumando pasos y sin darnos cuenta estábamos buscando un lugar para cenar. Recuerda una pizzería en un estacionamiento y hacia allí vamos. 

El lugar tiene onda, la cocina es abierta, nos sentamos cerca a los hornos de barro en una mesa compartida. A pura carcajada pedimos unas birras, Agus acompaña con cerveza sin alcohol. Somos un grupo de amigos compartiendo una hermosa noche lejos de todo lo que ocurre.

El tiempo vuela, los días de visita de Archu y El Tano llegaron a su fin con la misión cumplida, Agus vuelve a sonreír.

Junto a Kasco tenemos un tiempo más. Fortalecemos la rutina con caminatas diarias y buena alimentación.

En la cotidianidad noto una cierta mejora. Al abrir la alacena siempre se tocaba el cuello por una molestia, lo engancho en una misma situación y le digo:

  • ¿Duele?
  • ¡Sabes que no! Es la costumbre.

Duerme mejor, sin dolores y sin el cuello ortopédico fabricado por él. Pasito a pasito la cosa va tomando color. 

En unos días llega el Wachin. Una inyección de energía asegurada.

Ellos siempre se llevaron muy bien. Tiene altos códigos, no hace falta agregar más nada. Sabemos que le va a hacer muy bien. 

Luego de la llegada de su madre me quedan 15 días en el destino. Quiero arrancar para algún lado. Marruecos es una buena opción aunque me lo tiran para abajo. Dicen que es como el barrio de San José en Temperley pero con menos recursos. Surge Roma pero el contacto amigo de Kasco no está disponible. Lo mismo sucede con Mallorca.

  • ¿Y por qué no haces el camino de Santiago? (Agus)
  • ¿Y eso qué es? (Yo)
  • Son caminos que realizaron peregrinos de la iglesia católica hacia Santiago de Compostela. Tuve pensado hacerlo pero no pude. Hay varios, el que más me gusta es el primitivo debido a sus paisajes.

El plan suena interesante, nos colgamos viendo videos en YouTube y confirmo mi destino.

Es jueves, como mucho debo partir el lunes. Sin más dudas compro los aéreos.

El camino completo se realiza en 14 días pero para poder volver y compartir un poquito más, decido destinarle 12. 

Estamos en la vereda, apoyados sobre las bicis de Alquiler, donde le comento que voy a llegar hasta donde pinte. Me siento atraído por la experiencia, los grandes paisajes y conocer otra parte de España, Compostela no me interesa. Me cortó en seco: 

  • Si no llegas a Compostela acá no vuelvas.
  • ¡Sos un forro! Le contesto mirándolo fijo.

Abre la billetera y saca una estampita de Santiago de Compostela.

  • Concha tuya Agustin ¡Me estás matando!
  • Es tres veces la iglesia Luján ¡Tenés que llegar!

Fueron 242 kilómetros de caminata donde siempre estuvo presente todos los días. Finalizada la jornada, sin importar el cansancio, me preguntaba cómo estuvo mi día, le acercaba cada detalle para que camine conmigo, y se adelantaba con datos de valor sobre lo que estaba por venir. 

Lo logramos juntos y nos prometimos volver. 

De regalo le traje una estampita del santo.

  • Una más para el altar donde tengo a todos los santos. Me dijo sonriendo. 

Vuelvo un poquito en la historia mientras me van cayendo fichas. Cuando le conté a Claudio (Albañil que estaba construyendo mi casa) sobre el viaje me dijo:

  • ¡Anda! Vas a tener conversaciones muy lindas con tu amigo.

Agus no es de hablar mucho sobre sus emociones y yo quería acompañarlo también desde lo sentimental, esto lo lograba cuando estábamos solos por las noches.

En una de esas me cuenta:

  • Me di cuenta que puedo. Estaba tirado en el sillón y con ustedes terminé tomando birra en un bar. Voy a poder.

Me empodero por dentro, siento que mi misión estaba dando sus frutos. Las pilas estaban cargadas y el objetivo bien claro.

  • Debo terminar mis cositas aquí y vuelvo. Aquí todo es muy bonito, pero la tranquilidad del día a día no pesa tanto como compartir con la familia y los amigos.

Me llena mucho saber que mi amigo quiere volver. Quiero lo mejor para él, y aunque sea un egoísta, si es con nosotros, mucho mejor.

La visita tiene fecha de vencimiento, y ese día llegó. Nos despedimos en la entrada del subte, allí donde todo comenzó con una noche de lágrimas, hoy sellamos la promesa de volver a vernos en Argentina.

Pasa un tiempo y desde el viejo continente llegan lindas noticias. El tratamiento presenta buenos resultados y puede tomarse unas vacaciones. 

Algo está sucediendo, desde muy temprano el grupo de WhatsApp está agitado, el motivo es que el líder tiene pasaje directo a Turdera.

La fecha es 14 de diciembre de 2023. Un viaje a Bariloche no me permitió estar presente en la fiesta que se celebró en Ezeiza. Los pibes van de caravana encabezada por el negro Juanjo quien lleva gran parte de la banda en su MotorHome. Hay banderas, espuma, gorros y un parlante enorme.

Agus pasa la puerta de desembarque y la cumbia comienza a sonar. La gente pregunta ¿Quién llega? ¿Un jugador de fútbol? ¿Un campeón mundial? ¡Y si! Estamos recibiendo a nuestro líder, un soldado que lo está dando todo. 

Se lo ve gordito y bien activo. Con ganas de compartir con la banda. 

Todo gira en torno a él, verano incluido. Kasco le lleva la agenda armando salidas todos los días. 

Odiado por novias y familiares, todo es motivo de excusa para juntarnos en la casa del Bocha. Punto de reunión y partida para bares, fiestas y boliches, todo lo que nos gusta y nos hace bien.

Algunos opinan que nos estamos pasando, hay que dejarlo descansar un poco. Pero él no dice lo mismo siendo el primero en la fila. 

Fin de año lo queremos terminar bien arriba. Últimos días de diciembre arrancamos para lo de Fabio en Sierra De Los Padres, quien nos deja su casa a disposición. Las tardes transcurrieron en diferentes balnearios mientras que por las noches sin querer nos topábamos con el boliche de turno.

La vuelta la hacemos por Valeria Del Mar visitando a Mati, Vale y Familia. Calculando estar presente para el cumple del ingeniero el 30 de diciembre en la quinta de su padre. Aterrizamos sin escala con pileta, chopera, fuego y amigos. ¡Todo es alegría!

Al otro día es año nuevo y el líder ha decidido pasarlo en el barrio. Si él está feliz, los pibes también. Marca el rumbo y allí vamos. 

Llega enero, recital de La Renga, y con calor comienzan las despedidas. Último lunes, último sábado. Todo es motivo de encuentro. No queremos que se vaya pero lo entendemos. 

Una vez más la casa del bocha es el lugar donde transcurren largos campeonatos de metegol y las charlas más profundas que un grupo tan numeroso logró saborear alguna vez.

No importa si mañana hay que laburar. Lo importante es compartir.

  • ¿Vamos al aeropuerto? Me dice el Kasco. 
  • ¡Y dale!

Fuimos los dos de sorpresa con Cristina de cómplice. Los interceptamos en el mostrador despachando equipaje. Nos mira y se ríe.

¡Hasta lo último amigo!

La última imagen que tengo de él, es pasando el control en Ezeiza. Remera blanca, riñonera negra cruzada. Nos busca entre la gente y levanta la mano, saludando como quien se toma el 318, sabiendo que en breve nos vamos a volver a ver. Se lo ve contento, enfocado en su objetivo y con la confianza de quien lleva unos claritos en su cabellera.

Está última gira me dejó muchos recuerdos que aún persisten, y se encienden, con esos buenos temaiquenes que Agus instaló en el grupo. 

En este interín fue cuando comencé a bajar en papel todo lo vivido, fue tanto en tan poco tiempo que necesitaba escupirlo de alguna forma, pero el destino no me dejo cerrarla aquí. 

El Grupo quedó acéfalo una vez más. Nuestras vidas vuelven a la normalidad recuperando nuestro tiempo poco a poco.

La distancia se acorta con el grupo de WhatsApp, está activo, contando sobre las caminatas y los kilómetros recorridos. 

Llegan buenas noticias. 

  • Tengo el  alta médico. Puede volver al curro (Trabajo).

Recuerdo en viaje a la Costa cuando le preguntamos si quería volver a trabajar. No se sentía cómodo recibiendo ayuda del gobierno. Pretendía ponerse bien para devolverle al Estado Español todo lo que le brindaron. 

No estaba de acuerdo con su postura, pero lo entendía.

Él quería laburar. Y así fue. Comenzó con jornadas reducidas, pero al toque lo llevaron a las nueve horas. Me sonó raro. Pero si el médico lo dice y él está contento, dale que va.

Su presencia en el grupo poco a poco se fue apagando, la distancia y la virtualidad hacen las cosas difíciles. Creemos que todo está bien, pero no es así. Algunos lo olfatearon.

Kasco recibe un mensaje de Maxi (compañero de cuarto) y coordinamos una llamada los tres. No lo ve bien, llegaron las nuevas medicinas pero está muy dolorido. La columna está jugando una mala pasada impidiendo que se levante del sillón por sus propios medios.

Cristina se anticipa a la jugada y vuela de inmediato.

Mariela es nuestra informante. Nos brinda algo de data pero tampoco dispone de mucha. Los días pasan y Agus no aporta mucho. 

Contamos con la suerte de que Maty está en Europa. Se organiza para pasar a visitarlo y nos acerca novedades.

Lo van a operar. En mi pobre conocimiento médico entiendo que unas vértebras le están apretando un nervio y de allí surgen los dolores.

La cirugía comienza a las 16 horas de Argentina. A las 19 debe estar fuera. Son las 20:20 y estamos muy nerviosos. Hacemos una videollamada para bajar los nervios, en la que se encuentra Facu, nuestro enviado especial, quien lo visita en toda oportunidad y nos brinda el parte médico.

Antes de las 21 llega a la espera de noticia. Terminó la operación. Duró más de lo programado porque encontraron un tumor pegado en la columna y lo tuvieron que extirpar, eso es lo que entendí. 

Agus está dolorido. Pueden quedar secuelas de movilidad. Se debe esperar a la recuperación y darle oportunidad a kinesiología.

Su presencia en el grupo es mínima. Aprovecho cualquier excusa para enviarle mensajes privados. La respuesta se demora, pero llega. El postoperatorio es complicado. Debemos ser pacientes.

Nos enteramos que los estudios no venían del todo bien. Súper entendible, es muy molesto que te estén preguntando todo el tiempo cómo estás.

Mi cabeza vuelve a huir. Me lleno del trabajo para no pensar. 

Estamos todos atentos. Cristina nos transmite que es el minuto a minuto.

Vuela Ernesto a España. No nos gusta nada. En el grupo se corre la bola de que hay algo que no sabemos. Creo que nadie lo sabe.

No recuerdo cómo me entero, pero ahora sumamos la palabra neumonía. Es un montón.

Mariela vuela de un día para otro. Toda la familia se encuentra unida. 

Lunes 10 de junio. Me acosté tarde la noche anterior. Amaneció fresco y me cuesta salir de la cama. No quiero que el primer acto del día sea mirar el teléfono. Esta vez sentí algo. Intento demorarlo lo máximo posible. Me levanto, acomodo la cama, me visto y antes de salir del cuarto agarro el celu y abro los mensajes. El grupo estaba prendido fuego. 

El primer mensaje es de Chuky a las tres 3 am hora Argentina.

  • Me mandó la hermana de Agus que nos vayamos a despedir. Estoy totalmente destrozado.

Se me cae el mundo encima. Caigo de cuclillas bajo el umbral de la puerta. Uno a uno vamos cayendo conteniendonos en la virtualidad. 

La cosa no estaba nada bien. Pero nunca esperaba este final.

Facu y Chuky toman valor y se acercan al hospital en representación de todos. 

Sigo en shock. Voy a la cocina. Me preparo el desayuno y junto fuerzas para enfrentarme y contarle la noticia a mi vieja y a mi hermana.

Las veo y me quiebro al instante. No hay palabras.

Agus arrancó su última gira el 10/6/24 a las 12:40 hora de España; sé que me vas a estar esperando en la fila del boliche, en la barra o en el banquito de la Plaza. 

Maurito está por ir a trabajar, pero no para de dar vueltas en su casa, no se puede quedar quieto. Es quien toma la iniciativa de avisar al grupo y arrancar para la plaza.

Junto a mi hermana llegamos pasado el mediodía, donde nos abrazamos junto al el Bocha, el Gaucho, Pablito y Maurito. No hay consuelo.

Poco a poco va cayendo el resto; Bruno, Rolo, Fidu, Archu, Juanjo, Wilo, Gabi, Lean, el Tano, Marcelo, La Tía Lore y conocidos. Todos llegamos rotos, pero en el ambiente se respira otro aire. 

Recordamos las aventuras, pensamos que nos diría en estos momentos. Su voz resuena en cada uno de nosotros. Sus chistes y el hermoso bullying que desparramaba con espontaneidad en sus palabras. Las lágrimas se transforman en anécdotas que terminan en sonrisas. 

Chuky nos acerca lo que fueron sus últimas palabras junto a sus padres:

  • ¡Los amo¡ ¡Vamos Agus!. 

Cuatro palabras. Dos oraciones a las que le encuentro todo el sentido.

Primero con sus padres. Su sostén. Pueden suceder mil cosas, pero sus viejos siempre estuvieron en lo más alto.

Y luego la arenga. Siempre presente en nosotros, nuestra motivación. Ya sea para un amigo o en lo personal. 

Me quiero meter en esa cabeza. En esos momentos. Donde todo lo conocido se desvanece como agua entre las manos. Sos consciente de lo que está sucediendo y no puedes hacer nada para que el barco cambie de rumbo. Sólo llenarte de valor y enfrentarte a lo desconocido.

¡Vamos Agus! ¡Vamos amigo!

Sé que lo diste todo, nunca bajaste los brazos peleandola como un campeón hasta el final, siendo el líder natural que siempre fuiste y serás.

Soy egoísta y no me importa. Te quiero un rato más, una gira, una noche, un trago más.

Es martes 11 (mi número favorito) de Junio, un día después que hayas partido. Me cuesta concentrarme. Me siento perdido. No tengo energías. Subo a mi habitación. Me acuesto y me quedo dormido.

Estoy frente a la computadora, sentado en mi silla anaranjada con rueditas. Miro sobre mi hombre derecho y te identifico, estás de remera negra con tu tatuaje caracteristico en el brazo, acostado en el sillón negro debajo del cuadro del Machu Picchu.

Me empujo con los pies hasta acercarme a vos. Tenes una sonrisa tranquila, te estás durmiendo. Esta vez no te quiero despertar.

  • Descansa, descansa, todo está bien.

Tu mirada me lo dice todo, esa complicidad de amigos que siempre tuvimos. Te veo bien. Quiero quedarme, pero la realidad me golpea y despierto. Estoy agradecido por el momento, por sentirte una vez más.

Te extraño Amigo. Nada va a ser igual. Te voy a recordar siempre, y tus consejos estarán presentes en todas mis decisiones, como cuando no quería salir y me decias:

  • Dale Juuuuu, un ratito.. hasta las cinco. 

Te quiero, y por más que prendan las luces, nunca nos vamos a separar.

Escrito entre Junio y Septiembre del 2024 .

Con Confianza

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