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Casi que soy pollo

36 horas en tren hasta San Miguel de Tucuman suena a tortura. Pero seguramente esconde algo detrás. 

Quiero hacerlo pero debo agregar algún condimento extra. Muchos tucumanos alardean sobre sus senderos de trekking. Es así como doy con Maca quien me aconseja la travesía desde Tafí hasta Siambon. Son 3 días en la montaña con la posibilidad de dormir en casas de familia. 

¡Acepto el desafío!

2 noches arriba del tren intentando dormir en todas las posiciones posibles es un montón. La opción de camarote resulta excelente si son dos los viajeros. Al igual que el resto de los pasajeros estoy entusiasmado, compartimos charlas y mates mientras paseamos por el coche comedor y recorro el tren de punta a punta. 

La puesta del sol en el campo desde el tren es una postal.

El bus a Tafí parte desde la terminal ubicada a 25 minutos caminando. Debido a demoras arribo al hostel Otro Mundo pasadas las 17. Me aconsejan aclimatarme realizando el típico cerro de la cruz. Estoy cansado y mal dormido, pero acepto la sugerencia.

La idea de comenzar a caminar temprano se ve modificada por las copas de vino compartidas con Debora la noche anterior. Ella es brasileña y se está despidiendo de Argentina. Su próximo destino es turismo rural comunitario en Amaicha el cual agendo en mi lista.

Son las 11 y Marcela (dueña del hostel) con unos binoculares antiguos me indica el sendero de la montaña.

El punto de partida está a 4 km por asfalto. Comenzamos con una picada empinada que luego se convierte en un falso nivel donde los paisajes son amplios, el terreno es árido y la presencia de animales se acrecienta al adentrarse en los cerros.

Me lleva 5 horas llegar a “La Ciénaga”, una ex-escuela que por falta de alumnos se reinventó en refugio de viajeros.

El sitio se encuentra vacío pero por suerte me percato de un pequeño cartel donde indica la casa del encargado pocos kilómetros más arriba.

Evelyn me cuenta sobre las instalaciones, un poco de historia, y la llegada de un grupo de comensales, pero que debido al horario es muy probable que pase la noche solo. 

La habitación cuenta con dos camas y todo el edificio se encuentra con rezagos escolares. La cocina es amplia y con todo lo necesario para prepararme un alto guiso de arroz con lentejas.

La tarde pierde color mientras entra a caer la noche disfrutando de unos mates sentado en el mástil de la bandera. 

Todo lo bonito comienza a convertirse en tenebroso. Los pasillos se vuelven largos y oscuros. ¿Para qué mirar al final si no quiero ver a nadie?

Desesperación y adrenalina me recorren en búsqueda de la tecla para encender la luz y apagar los fantasmas de mi “imaginación”. 

Estoy asustado. Mi mejor escapatoria es conciliar el sueño lo más rápido posible. 

No hay madera que no rechine ni araña que no me mire.

Me despierto en medio de la noche con ganas de mear. Hace frío. No quiero salir. Enciendo la linterna y veo la puerta de la habitación abierta. ¡ALTO CAGAZO!

Imagen tomada por la noche con mucho miedo. jaja

Según el track el segundo día es más tranquilo. Mayor distancia pero menor desnivel. 

El sol ilumina el sendero y mi vista se pierde en el vuelo de los cóndores en un cielo completamente celeste.

Sumergido en pensamientos camino en piloto automático. Muy compenetrado llego al río donde encuentro una roca perfecta para la siesta. Amo estos momentos.

El sonido del agua y la tranquilidad de la montaña me transporta a un mundo paralelo del cual vuelvo exaltado por un fuerte sonido que perturba mi tranquilidad, es una vaca refrescandose a mi lado. 

Desconozco cuánto tiempo ha pasado. Observo el mapa y me percato que la falta de concentración me llevó en un sentido diferente. Nunca debí descender ya que el camino era por el filo. 

¿Qué hago acá? No hay tiempo para reproches. Encaro la vuelta y en la primera de cambio busco cortar camino por un claro.

El trayecto presenta dificultades. Puedo descender un acantilado con la ayuda de lianas y pequeñas ramas. Se pone peligroso al cruzar un pedrero donde cualquier movimiento genera un derrumbe en cadena del cual no quiero ser parte. No me gusta nada.

Estoy muy empinado y el suelo súper sensible. Estar en cuatro patas no fue suficiente para evitar resbalar y caer unos cuantos metros. Debo cambiar el rumbo y dirigirme agazapado sobre yuyos con espinas.

Estoy nervioso y todo cortado. La única opción es descender por la vertiente para volver al río.

Solo, sin señal y lejos del camino. Los restos de una oveja confirman lo que estoy pensado: Si me quiebro una pata “soy pollo”. Se manifiestan todas esas precauciones que no tomé.

Mientras más desespero más errores cometo. Respiro profundo y ejecuto minuciosamente mis pasos. 

Sorteando ramas, rocas y verdín logro volver al río. Levanto la vista y tengo a una vaca con su ternero, enfrente, un toro me mira con desconfianza. 

¿Querrá proteger a su cachorro? Es lo primero que me viene a la mente. 

Con la mirada fija acelero sin pensar como pasando por Constitución a las 3 de la mañana.

Basta de malas decisiones. Me lleno de energías y me propongo volver todo lo que sea necesario. 

No puedo creer todo lo que caminé en descenso. Tomo confianza y encaro un cerro que me devuelve al sendero.

Son las 4 de la tarde. Me preocupan las horas de sol, la falta de comida y que aún debo cruzar un arroyo que desconozco su caudal. Por suerte los lugareños me indican un mejor camino. 

Cuando parecían estar dadas las condiciones una densa niebla embarra la cancha. El camino cuenta con muchas aristas y el GPS está más desorientado que yo.

Pensativo observo el terreno y por suerte una luna llena y brillosa se eleva sobre el cerro de mi derecha indicando el rumbo.

Son las 18.30. Una casa a lo lejos motiva mis pasos pero toda esperanza se desmorona al encontrarme con ventanas tapiadas y una enorme cruz en la puerta.

El frío se hace sentir, lo veo en el humo de mi respiración, es momento de frenar y ponerme todo el abrigo disponible.

19:15. Una nueva casa se presenta a la vista. Me lleno de confianza y acelero. Mis pasos se ven motivados cuando en un leve sentir saboreo el preciado olor a humo.

Ya de noche me recibe Ester con mate cocido, pan casero y dulce de leche. Preocupada, se alegra con mi llegada y me cuenta que ayer salieron en búsqueda de dos personas.

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El alma me vuelve al cuerpo gracias a la ducha caliente y un guiso de arroz que disfruto junto al hogar a leña aprendiendo sobre la vida en el cerro. 

Con intenciones de llegar a Siambón antes de las 17 me levanto temprano. Abro la puerta de la cocina y descubro una espesa niebla sobre el valle.

Por suerte Ramón no me deja solo y decide acompañarme hasta el inicio del sendero. Va de guantes negros y un machete en la mano. La imagen es digna de película de terror. 

Confiado gracias a la ayuda del GPS voy tomando pequeños atajos, pero es un gentil gaucho a caballo quien me aconseja no tomar este tipo de desvíos ya que es muy fácil perderse. 

Gracias a la experiencia de ayer reflexiono y entro en razón. Decido seguir el camino largo el cual por momentos se vuelve monótono debido a nubes grises que ocultan el paisaje. 

Los potreros en la montaña son pura pasión.

La llegada al río devuelve los colores y el canto de los pájaros elevan nuevamente los sentidos.

El nuevo rumbo y el cruce constante del río derrumban toda ilusión de alcanzar el bus de las 17.

La parada del colectivo es pequeña y solitaria, como de un pueblo fantasma. Camino algunos metros y golpeo las manos en la única casa que presenta algo de vitalidad. 

Me atiende un hombre mayor, vestido de camisa, pantalón de vestir, zapatos y boina, quien me tranquiliza con la noticia de un último colectivo a las 19.30.

Por suerte abunda la solidaridad y me convida agua caliente mientras me cuenta con brillo en sus ojos aquellas épocas dorada en la que fue dueño del único almacén del pueblo. 

TramoTel RefugioDistanciaTiempo total
Tafí – La Ciénaga+54 9 3813 34-7514 Ex-Escuela14.5 km5.30 horas
La Cienaga – Anfaga+54 9 3813 03-9302 El campito – Familia rasguido.24 km8.30 horas
Anfaga – Siambon25 km7 horas
Tabla con distancias entre puntos claves.

¿Qué llevo en la mochila Quechua de 50 litros?

  • Ropa (incluida la que llevo puesta)
    • Campera de lluvia / rompeviento
    • Cubre pantalon para lluvia
    • Campera de abrigo x1 
    • Buzos x2
    • Pantalón que se hace bermuda
    • Pantalón de abrigo
    • Zapas Salomon
    • Ojotas
    • Calza / Remera térmica / Cuello x2
    • Calzones x4
    • Medias x4
    • Remeras x4 + Remera dormir + Musculosa
    • Guantes
    • Short de baño
  • Higiene
    • Cepillo dientes / pasta
    • Hilo dental 
    • Gotas ojos 
    • Jabonera / Shampoo 
    • Papel higiénico 
    • Peine 
    • Protector solar 
    • Desodorante 
    • Cinta médica / papel 
    • Curitas 
    • Bálsamo 
  • Otros
    • Toallón secado rápido
    • Toalla chica
    • Linterna y cargador
    • Pinza multiuso
    • Utensilios viajeros
    • Encendedor
    • Candado
    • Bolsas varias & Ziploc
    • Mate / Termo / Yerba / Bombilla
    • Botella agua
    • Maquina afeitar
    • Anteojos montaña
    • Power bank
    • Camelbak
    • Bolsa de dormir

Datos de interés:

Con Confianza

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